Los archivos del Doktor Putten

¡La CIA sustituyó a excéptico argentino por extraño esquimal!

Los manejos de los poderes oscuros que controlan la Gran Conspiración no tienen límite! El intrépido reportero de 'Valientes Platillos' Juan C. Voltereta ha descubierto que Kristian Chanz, presidente de la asociación excéptica argentina ASANZGLUP, no es en realidad Kristian Chanz, sino una persona a la que lavaron el cerebro y pusieron en su lugar.
Increíble pero cierto. Nuestro hombre empezó por sospechar al percatarse de la proximidad del infame Navarri, el agente oculto del gobierno secreto del Vaticano, a la organización de Chanz. El comportamiento excéntrico de éste era llamativo: una extraña tendencia a cagarse a trompadas, risas compulsivas (Ja,ja!!) y una extraña afición a fotocopiar desaforadamente artículos de ufología mexicanos eran algunos de los síntomas.
Después de unas indagaciones, Juan C. Voltereta consiguió una confesión del pseudo-Chanz, que le fue enviada por fax desde la famosa multinacional EDEFoX, en realidad una tapadera de los Hombres de Negro.
Transcribimos a continuación este estremecedor documento:
Yo confieso, por Kristian Chanz bis
La culpa me abruma. ¿Cómo puedo seguir mancillando el nombre de aquel gran escéptico que fue Kristian Chanz? ¿Cómo me dejé llevar por las perfidias de Navarri y sus manejos?
Todo empezó el 11-S, cuando el Chanz original viajaba en el avión que no se estrelló en el Pentágono. La CiA había organizado una conspiración para hacer eliminar la aeronave y así poder estrellar contra el famoso edificio un Platillo Volante capturado que interesaba hacer desaparecer. El avión fue desviado al Triángulo de las Molucas, donde se volatilizó en el vértice de energía cósmico-paralela correspondiente a las 9:30 horas de la mañana. Al revisar la lista de pasajeros sacrificados en aras de la civilización occidental, Indrid Cold y sus chicos se dieron cuenta de que Chanz se encontraba entre ellos. ¡Qué suerte! Precisamente Chanz viajaba con unos documentos reveladores que mostraban que la Luna no existe: se trata de la proyección de una diapositiva que sustituye al satélite original, desintegrado durante un experimento fotónico secreto de la agencia espacial austrohúngara. Es por esto que los alunizajes de la NASA fueron un montaje rodado en el desierto de Almería bajo las órdenes del prestigioso cineasta Mariano Ozores.
Cold, Navarri y los MiB improvisaron un plan de emergencia para sustituir a Chanz. Con ayuda de un gargantuesco ordenador secreto buscaron por todo el mundo a un sujeto que tuviera las mismas características físicas de Chanz. Así dieron conmigo, un humilde esquimal habitante de un islote groenlandés. Dos toques de bisturí y una remodelación de las cuerdas vocales hicieron el resto. Un lavado de cerebro marca ACME me dio el acento bonaerense y la cultura enciclopédica del excéptico teleportado. Daba igual, porque mis artículos eran elaborados por un sesudo equipo de redactores escondidos en un refugio antiatómico de Utah. ¡Qué vida era sustituir a Chanz! Todo el día de fiesta por los mejores locales de la capital, apariciones en TV, banquetes, conferencias... todo el trabajo lo hacían los cerebros de la organización, incluidos los faxes truchados y los artículos de actualidad para la web. Pero siempre estaba la larga sombra de Navarri detrás. Y el peso del remordimiento. ¡Pobre Chanz! ¡Y cómo echo de menos mi iglú! No puedo más, aquí descubro la verdad y que cada cual obre en consecuencia.
¡A la mierda!

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